La técnica del pastel alcanza su mayor difusión en el s.XVIII y se populariza en el periodo impresionista a través de artistas como Degas o Tolouse Lautrec. A caballo entre el mundo del dibujo y el de la pintura, conserva del primero la fuerza del trazo y aporta del segundo colores vivos y directos.
Pilar Aceña, fragmento de pastel sobre papel blanco. Dimensiones totales de la obra 70 x 50 cm.
Bien sea a través de fundidos o respetando la trama, el dibujo al pastel posibilita texturas y detalles de gran atractivo.
Javier Olmedo, detalle de un retrato doble con barras y lápices pastel sobre papel azul. Dimensiones totales de la obra 70 x 50 cm.
Se presta a unos acabados delicados, cálidos.
Pilar Aceña, fragmento de pastel sobre papel blanco. Dimensiones totales de la obra 50 x 35 cm.
El tipo de soporte también es importante: color, gramaje y textura, forman parte también del acabado y determinan la obra. Si bien el papel es la elección más natural, a veces se trabaja sobre lienzo.
Pilar Aceña, pastel sobre lienzo, detalle. Dimensiones totales de la obra 70 x 50 cm.
Como en cualquier otra técnica, la selección del modelo es fundamental. Para un retrato debemos prestar especial atención a la luz, el color y la expresión.
Javier Olmedo, detalle de pastel sobre papel ocre, dimensiones totales de la obra 50 x 35 cm.
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