Como barro en las manos… modelar en arcilla es el placer de la total libertad expresiva. Y sin embargo, a la vez, la figura se construye a sí misma, se rectifica en el proceso, se recrea. El trabajo se resuelve entre la voluntad creadora que inicia todo y la atenta escucha de lo que la propia pieza dicta a tus manos. Al terminar la obra ésta tiene algo ajeno a ti, que te sorprende.